Y en mis entrañas, que no quepan dudas, reza una corriente fuerte de sentimientos andaluces, como aquel legendario bandolero que lucha por la libertad de su pueblo, desgraciadamente mediante violencia...
Precisamente mediante todo lo contrario, el gran, el verdadero rey onubense Juan Ramón Jiménez es capaz de transmitir con una incalculable belleza, sentimientos que florecen a cada párrafo, a cada línea, a cada palabra... A cada instante.
Éso es lo que importa, el sentimiento... Para Juan Ramón lo que importa es la paz, tranquilidad, la naturaleza, la bondad... Qué sería la vida sin estos cuatro factores. Ni la política, ni la idea, ni el conflicto social, ni la guerra, ni la pelea, ni el insulto, ni el menosprecio, ni el odio tienen cabida en esta novela... Y la adoro por ello. Como se adora y añora un recuerdo espiritual de un ser querido.
Precioso... Guardaré como oro en paño solamente el recuerdo, mi recuerdo de su lectura, mejor que el propio libro en sí... Lo material no tiene sentido...
Saludos
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